SAN EMILIANO DE VERCELLI
17 de mayo
506 d.C.



   Algunas fuentes, erróneamente, afirman que era de origen español, pero probablemente fue piamontés. Teodorico, rey de los ostrogodos, conquistó Italia. Las poblaciones ocupadas eran devastadas. Vercelli, importante municipio romano, había sido casi abandonada y expoliada. La autoridad más importante, también a nivel civil, era el obispo. Teodorico intentó instaurar una pacífica convivencia con la reducción de tributos y la liberación de muchos esclavos. Aunque era arriano, buscó mejorar las relaciones entre la iglesia de Roma y la de Constantinopla. Nuestro santo era monje de un cenobio que reunía, alrededor del obispo, ya sea religiosos contemplativos como aspirantes al sacerdocio. Según una improbable tradición, Emiliano fue eremita, durante 40 años, en Sostegno, donde después surgirá un monasterio de clérigos regulares.

   Fue elegido XIº Obispo de Vercelli entre el 493 y el 497 y mantuvo una cierta actitud hacia la contemplación. Como auténtico pastor, se preocupó de la vida espiritual y de las condiciones económicas de sus fieles. Con esta finalidad pidió a Teodorico que construyera un puente y que redujera los impuestos. Defendió con coraje la centralidad del poder papal. Marchó a Roma a un concilio promovido por el Papa San Símaco. 

   Emiliano fue un excelente director espiritual. Impuso el velo y fue confesor de las cuatro hermanas: Licinia, Leonzia, Ampelia y Flavia que vivían en el protomonasterio fundado por Eusebia, hermana de san Eusebio de Vercelli. Escribió varias cartas. Sus restos reposan en la catedral de Vercelli.

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(Parroquia San Martín de Porres)