SAN CONSTANTINO DE
CORNUALLES
11 de marzo
576 d.C.
Rey de
Cornualles, ni en su juventud ni en su madurez fue un ejemplo de
virtud, ni modelo de piedad. Se casó con la hija del rey
bretón de Armórica, pero tampoco fue un marido ejemplar,
ya que la repudió para poder cometer adulterio en libertad.
Además depués de jurar que haría la paz con sus
enemigos, se disfrazó de abad, entró en el santuario
donde estos se encontraban y los mató al pie del altar.
Solamente al
morir su mujer, ya anciano, conoció una profunda
transformación espiritual, gracias a su encuentro con el abad
san Petroc. Abdicó a favor de su hijo Bledic para dedicarse a la
vida monástica; se retiró al monasterio de San David de
Gales. Fundó iglesias, atravesó el canal de Bristol y
vivió muchos años como monje en Irlanda,
formándose en la ascesis y el estudio de las Sagradas Escrituras
para ser ordenado presbítero. Se retiró al eremitorio de
Costyneston (Cosmeston), cerca de Cardiff, y fue discípulo de
san Columba y de san Kentigern. Animado por estos santos marchó
hacia el norte, donde fundó el monasterio de Govan, del que fue
su primer abad y reemprendió la evangelización de los
pictos, población indígena de la actual Escocia. Fue en
este periodo y gracias a su apostolado que el país se
convirtió al cristianismo, asumiendo el nombre de “Escocia”.
Constantino
apóstol de Escocia, fue el primer mártir: estaba
predicando en la plaza pública en Kintyre, cuando fue asesinado
por algunos paganos fanáticos. Su vida no tiene fundamentos
históricos. Dos lugares de Cornualles perpetúan su
nombre. León XIII confirmó su culto el 5 de julio de
1898.