SAN CONSTANCIO DE
PERUGIA
29 de enero
170 d.C.

Era un
joven cristiano que sobresalía en la reciente iglesia de Perugia
por su celo y por generosidad, unida a una gran severidad hacia
sí mismo. Fue elegido obispo de Perugia cuando todavía no
tenía 30 años. Era prudente, sabio en el apostolado,
maduro en la caridad, misericordioso en la autoridad, y se
demostró un obispo providencial sobre todo en los años de
la persecución de Marco Aurelio. Fue apresado y torturado y por
fin decapitado, junto a numerosos cristianos de su grey.
Según otra
leyenda, de la que hay cuatro recensiones, fue conducido frente al
Cónsul Lucio durante la persecución de Antonino
Pío y brutalmente azotado, y luego encerrado con otros
compañeros en un horno ardiente, del cual salieron ilesos.
Llevado de vuelta a la cárcel, convirtió a sus guardias,
que le ayudaron a escapar. Refugiado en la casa de un tal Anastasio,
cristiano, fue -junto con éste- de nuevo arrestado.
Después de varias peripecias en las cárceles de
Asís y Spello, fue decapitado en Foligno.
El episcopado de Constancio, según Lanzoni y Delehaye, se basa
en una tradición antigua y seria, y se puede aceptar como muy
probable que haya sido el primer obispo de Perugia. Su martirio se
remonta a las persecuciones de los primeros siglos, aunque no se puede
dar por seguro que sea de la época de Antonino Pío, y
podría ser en el siglo III. Los peruginos lo veneran como uno de
los protectores de la ciudad, y su culto se extendió fuera de la
Umbría. En 1781 se realizó un reconocimiento de sus
reliquias, y en 1825, con gran solemnidad, se trasladaron las mismas
desde el antiguo al nuevo altar, siempre en la actual iglesia de San
Costanzo. Es patrón de Perugia.