SAN CONRADO DE CONSTANZA
26 de noviembre
975 d.C.



   Nació en una familia de hondas raíces güelfas. Recibió su formación en la escuela catedralicia de Constanza, fue introducido, aún bajo su predecesor Notingo, en los oficios vinculados con el cargo. Fue nombrado obispo de Constanza (934-975), en Suiza, por consejo de san Ulrico, obispo de Augsburgo, del que fue amigo toda su vida. La diócesis tuvo tiempo de experimentar la virtud de su pastor: su paciencia y su sabiduría, su templanza y su prudencia. Construyó iglesias y monasterios, como la iglesia abacial de San Mauricio siguiendo el modelo del Santo Sepulcro. Se deshizo de sus bienes y se los entregó a los pobres. Peregrinó tres veces a Tierra Santa. Era ya viejo cuando fue a Italia, junto con el emperador Otón I (962). En una época en la que la mayor parte de los prelados estaban envueltos en la política secular de su tiempo, él fue capaz de ocuparse solamente de los intereses eclesiásticos. Murió en Constanza y fue sepultado en la iglesia de San Mauricio. En el 1526 los luteranos arrojaron sus reliquias en el lago Constanza. Patrón de Constanza, de Friburgo.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)