SAN COLUMBA DE IONA
9 de junio
597 d.C.
Es el mayor
y más popular de los santos escoceses; nació en Garton,
en el condado de Donegal o Tyrconnel, quizás en el seno de una
familia de príncipes; ingresó muy niño en los
monasterios de Moville y Clonard o Cluainiraid, bajo la
dirección de san Finiano. Abrazó la vida monástica
en Glasnevin, fue ordenado presbítero en el 546; al parecer
vivió quince años en Irlanda, predicando y fundando
numerosos monasterios, entre ellos los de Derry y Durrow (550). Compuso
una regla que implantó en los cientos de monasterios que
había fundado en Irlanda y Escocia tomado principalmente de las
antiguas instituciones monásticas.
Se cuenta que era abad de un monasterio cuando el rey
Diarmaid, no respetando el derecho de asilo hizo matar a un
príncipe que Columba había protegido. El abad
declaró la guerra al rey, movilizando a monjes y pueblo,
venciéndolo con un saldo de 3.000 muertos. Un concilio lo
excomulgó, y él se sometió a la penitencia. Hacia
el 563, ya famoso por su piedad y su saber, marchó para
evangelizar a los pictos paganos de Escocia, "queriendo, -dice su
primer biógrafo-, ser un peregrino de Cristo". En unión
de 12 discípulos recorrió las tierras escocesas y
fundó el gran monasterio de Iona (Escocia), en la isla de I o
Hy, en el archipiélago de las Hébridas, y que será
el centro más importante de la historia cristiana de aquellas
regiones.
Desde Iona -que servirá también de
panteón de los reyes escoceses- su influencia se extendió
por toda la Caledonia; ponía paz entre los enemigos,
enseñaba a roturar las tierras, llevaba consigo la
civilización y la fe, y durante más de 30 años
fue, junto con san Constantino, el gran apóstol de los pictos,
de los scotos y de los anglos del norte. Se hablaba de él como
alguien "cuyo rostro irradiaba dicha interior", alegre, bondadoso y
caritativo, y el pueblo le atribuyó dotes de profeta y
taumaturgo. "El tenía una figura angélica, -escribe san
Adamnan, su sucesor-, era de una naturaleza excepcional. Brillante en
sus palabras, santo en sus acciones, grande en sus consejos". Tuvo
tanta autoridad que ni el rey ni el pueblo hacían nada sin su
consentimiento. Cuando el rey Aedhan sucedió a su primo Conall
en el trono de Escocia en el 574, recibió la insignia real de
san Columba.
San Columba murió en Iona en un intento de copiar
el Salterio, llegando al versículo que dice "Aquellos que
buscan al Señor no les faltará ningún bien".
Terminado el versículo, dijo: "yo me paro aquí. Otro
escribirá el resto", entró en la iglesia y rodeado de sus
monjes, murió; tras haber merecido por sus conquistas
espirituales el sobrenombre de "soldado de la isla". Fue el primero que
rezó maitines a medianoche. Su cuerpo fue enterrado en la isla
de Hy, pero algunos años después se trasladó a
Down en Ulter y fue depositado en un baúl con los restos de San
Patricio y Santa Brígida.