SAN CLODOALDO DE
PARÍS
560 d.C.
7 de septiembre
Nieto de
santa Clotilde y del rey franco Clodoveo. Hijo de Clodomiro, rey de
Orleans. Cuando tenía tres años su padre fue asesinado en
Burgundia por su tío Childeberto, pero su abuela, santa
Clotilde, se lo llevó junto a sus hermanos a París y los
amó muchísimo, evitando así la masacre ordenada de
su familia. Sus tíos, de acuerdo con una costumbre merovingia,
quisieron matarle como a sus hermanos, pero le hicieron elegir
entre la muerte y la tonsura; se hizo monje. Pudo recobrar el reino
pero comprendió que las grandezas del mundo no servían
para nada; vivió en su pequeña celda de una paz que no se
vio nunca interrumpida por escenas de ambición o vanidad. Se
piensa que vivió como anacoreta bajo la dirección de san
Severino, cerca de París, pero como la capital estaba demasiado
cerca, se retiro a la Provenza. Al ver que no ganaba nada haciendo
más remota su soledad, después de que su ermita se
hiciera pública por los muchos que acudían a él,
finalmente regresó a París y fue recibido con la mayor
alegría. A petición del pueblo fue ordenado sacerdote por
Eusebio, obispo de París, en el 551 y sirvió en muchas
iglesias.
Ingresó en el monasterio de Novigentum (Noget),
cerca de París, (que desde entonces de entonces lleva su nombre:
Saint Cloud). En este monasterio reunió a muchos hombres
piadosos, que huían del mundo por miedo a perder sus almas. San
Clodoaldo, fue considerado el abad de todo ellos y toda su herencia la
cedió a las iglesias y la distribuyó entre los pobres: la
villa de Noget la instaló en la sede de París como se
menciona en las cartas por las que este lugar se erigió en un
ducado y con la dignidad de par. Es el primer santo de sangre real que
ha sido canonizado por la Iglesia.