SAN CLEMENTE IGNACIO DELGADO CEBRIAN
12 de julio
1838 d.C.



   Nació en Villafeliche (Zaragoza). En 1781 profesó en los dominicos del convento de San Pedro Mártir de Calatayud. Fue enviado al Real Colegio de Orihuela donde cursó los estudios institucionales, y recibió el subdiaconado. Con 22 años se ofreció para ir  de misionero al Extremo Oriente.

   En el convento de Santo Domingo de Manila terminó los estudios y fue ordenado sacerdote. Durante dos años se estuvo preparando para la misión de Tonkin, ayudando a sus hermanos como procurador o administrador del convento. En 1790 llegó al Vietnam junto con el padre Francisco Albán, pero éste se puso enfermo y tuvo que regresar a Manila. Fray Clemente Ignacio prosiguió su camino con un grupo de paúles franceses que iban también de misioneros. Cuando llegó a su destino vio una comunidad floreciente, aunque se respiraba en el aire una nueva persecución. Estableció su residencia en el seminario de Trung-Linh, del que el vicario apostólico le había nombrado maestro, y al mismo tiempo procurador de la misión. Para identificarse mejor con el pueblo tomo el nombre anamita “Dóc-Thay-Y”, aprendiendo pronto el idioma

   Era vicario apostólico para los dominicos en el Tonkin oriental, cuando fue nombrado obispo de una diócesis "in partibus infidelium" la diócesis de Mylopótamos por el papa Pío VI en 1794 (tenía 31 años). Entre persecuciones y dificultades, durante casi medio siglo se entregó a la obra misionera, se hizo todo para todos, con frutos abundantes de conversiones entre los indígenas. Escribió la situación en la que se encontraba la misión, y no recibió ayuda ni de la Corona de España ni de la Congregación de Propaganda Fide. El emperador Mint-Mang de Annam, puso en el camino que conducía a Hanoi un crucifijo que los viajeros debían pisar por desprecio; el padre Clemente fue apresado en 1838, y conducido en una jaula de bambú, y cuando llegó a Hanoi, los ciudadanos quitaron el crucifijo, por respeto a él, para luego ponerlo de nuevo, una vez que él hubo pasado. Estuvo enjaulado durante 43 días. Fue condenado a la decapitación, pero como era viejo, murió dentro de su jaula de hambre y sed. Está enterrado en la iglesia de Tru-Linh.

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(Parroquia San Martín de Porres)