SAN CLARO DEL DELFINADO
1 de enero
660 d.C.
Natural del Delfinado en Francia. Ermitaño y después
monje benedictino de la abadía de Saint-Ferreol, fue elegido
abad del pequeño monasterio de San Marcelo en Vienne por el
arzobispo San Caldeolo, que le tenía gran estima; fue
también el director espiritual del convento de Santa Blandina,
donde su madre había ingresado y que era un monasterio donde
ingresaban especialmente las viudas. Murió siendo abad de San
Marcelo. Fue enterrado en el monasterio de Santa Blandina, que luego se
intituló de los Santos Mártires de Lyon.
La leyenda dice que con sus oraciones desencadenó una
inundación del Ródano y que murió decapitado;
también se relatan muchos milagros. Su culto se ha restringido a
los calendarios locales y fue confirmado por San Pío X en 1903.