SAN CHARBEL MAKHLUF
24 de julio
1898 d.C.



   Era hijo de un mulero, se llamaba Joseph Zarun Majluf y había nacido en Beka-Kafra (Líbano). Su padre murió pronto abrumado por los impuestos con que los aplastaban los turcos. Su madre luchó por sacar adelante a los hijos.

   A los 22 años, ingresó en el monasterio de San Marón en Annaya de la orden maronita libanesa baladita, donde fue ordenado sacerdote en 1859. Tomó el nombre de Charbel (Sarbelio). Era muy obediente: un día fue encargado de limpiar la alcantarilla, y le eximieron del coro para que pudiera terminar su trabajo; Charbel trabajó de día y de noche sin comer apenas. Un hermano le advirtió que era una pena que hubiera dejado la oración, y él le contestó: "No hermano, la parte espiritual no ha sufrido nada, porque durante mi trabajo no dejaba de orar, y pude observar que con la oración, mis fuerzas, en vez de disminuir, crecían cada vez más".

  
En 1875, se hizo ermitaño, y llevó una vida sencilla y austerísima en una desnuda celda que muchos, entre ellos musulmanes, visitaban para pedir sus consejos, oraciones y su bendición. Su virtud más característica fue, además de la obediencia, su gran amor hacia la Eucaristía.

   Se ofreció todos los días de su vida, y el Señor se lo llevó consigo al terminar la consagración de su Misa de Nochebuena: el 16 de diciembre de 1898 estaba celebrando la misa hacia las once de la mañana, cuando le sobrevino un ataque de parálisis en el momento de la consagración. Murió el 24 de diciembre y sus restos reposan en el monasterio de San Marón, actual meta de peregrinaciones y milagros incesantes. 

   Al abrir la fosa donde estaba enterrado san Sarbelio y otros cincuenta y dos monjes por motivo de una inundación, encontraron su cuerpo incorrupto, y un líquido rojizo saliendo de su cuerpo. Por cincuenta y cuatro años consecutivos fue desenterrado el cuerpo de san Sarbelio y siempre se veía el cadáver tan fresco como si estuviera dormido. Aunque un médico retiró finalmente todos los órganos del cuerpo, el flujo de sangre no paraba. Con la unción de este líquido, se dieron muchísimas curaciones milagrosas, y no sólo del cuerpo sino del alma: pecado, indiferencia, odio e incredulidad.Entre los maronitas se le conoce por Mar Charbel, Mar = santo. Fue canonizado el 9 de octubre de 1977 por el Papa Pablo VI.

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(Parroquia San Martín de Porres)