SAN CESAREO DE
TERRACINA
1 de noviembre
300 d.C.
El martirio
de San Cesareo
o Cesario, diácono, en Terracina de Campaña; el cual
después de haber sido mortificado por muchos días en la
cárcel, fue metido en un saco juntamente con San Julián,
presbítero, y luego precipitado en el mar.
Había en Terracina en Italia, la impía y
bárbara costumbre de ofrecerse voluntariamente un joven en
ciertas festividades por sacrificio a Apolo, deidad tutelar de aquella
ciudad. Éste después de haber sido obsequiado, adornado
con ricas vestiduras ofrecía sacrificio a Apolo, y luego se
arrojaba al mar desde una elevada roca, y quedaba sumergido en sus
ondas. Cesario, Santo díacono que había ido alló
desde África, se halló presente una vez a ésta
trágica escena, y no pudiendo contener su celo ordenó
públicamente una superstición tan abominable. El
sacerdote del ídolo mandó que lo prendiesen y lo
entregasen al gobernador, por cuya sentencia el díacono Cesario,
juntamente con un presbítero llamado Julián, o Luciano
según algunos, fue puesto en un saco y arrojado al mar el
año de 300, imperando Diocleciano. San Gregorio el Magno hace
mención de una iglesia de San Cesario en Roma, la cual
reedificó el Papa Clemente VIII, creando Cardenal diácono
de ella a su sobrino Aldobrandini.