SAN CELESTINO I
422-432 d.C.



   Defendió la obra de San Agustín. "Su ciencia -escribió Celestino a los Obispos de Galia- era tan eminente que varios de mis predecesores lo contaban ya entre los mejores doctores". La autoridad de San Agustín quedó establecida para siempre.

   Celestino envió a Bretaña a Germán, Obispo de Auxerre, para combatir la herejía y para cristianizar a los paganos, y luego encomendó a San Patricio la evangelización de Irlanda. En 431, el Concilio de Éfeso condenaba otra vez el pelagianismo y la nueva herejía de Nestorio.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)