SAN CAYETANO DE THIENE
7 de agosto
1547 d.C.
Nació en Thiene (Vicenza, Lombardía), en la familia de
los condes de Thiene (otros autores dicen que nació en Gaeta y
de ahí su nombre “Cajetanus”). Tras doctorarse en Padua en
Derecho civil y canónico (1504), ejerció en Vicenza.
Parte de sus cuantiosos bienes los dedicó a edificar una iglesia
en honor a Santa María Magdalena en el pueblo de Rampazzo y el
resto los repartió entre los necesitados. En 1506 se
trasladó a Roma para hacer de protonotario apostólico del
papa Julio II por influencias de su familiar y mentor el cardenal
Pallavicini y llegó a ser secretario particular del
Pontífice y recibió los beneficios de las parroquias de
Malo y Bressanvido en su diócesis natal. Cambió el rumbo
de su vida comparándola con el Evangelio: "Veo a Cristo vivir
como pobre y yo vivo como rico".
Fue ordenado sacerdote
a los 36 años (1516), no quiso hacerlo antes, porque no se
consideraba digno. En Roma, donde permaneció trece años,
conoció los esplendores y las miserias de la corte de
León X, sintiendo en sí mismo el eco de la proclama del
Concilio Lateranense V: "Hay que hacer una reforma universal y
radical". Roma quedó estupefacta ante una piedad que no era
frecuente entre los clérigos: celebraba misa todos los
días, recomendaba que se comulgase a menudo, se mortificó
y atendió a los necesitados. En 1517, Cayetano y Juan Pedro
Carafa trasplantaron una piadosa asociación, la
Compañía del Amor Divino (promovida veinte años
antes en Génova por santa Catalina de Génova), que se
dedicaba con gran empeño a las obras de caridad en
atención a los más pobres y enfermos, a la iglesia de
Santa Dorotea en el Trastévere. Era el mismo año en que
Lutero iniciaba su reforma anticatólica. Fue hecho cardenal por
León X. En calidad de legado pontificio, en la época de
la Reforma, representó al papado en Alemania.
Volvió a
Vicenza en 1520, para asistir a su madre enferma. En esta ciudad fue
rector de la iglesia de Santa María de Malo y, al mismo tiempo,
se ocupó de los santuarios aislados del monte Soratte.
Pasó a Venecia donde fundó el hospital de Incurables. En
1523, regresó a Roma, donde junto con el obispo de Chieti,
Carafa, organizó un nuevo instituto de clérigos regulares
para responder a las nuevas necesidades. Quiso reformar a los
sacerdotes, que vivían de una manera poco digna y religiosa. Su
ideal fue imitar la vida de los apóstoles, con su austeridad,
desprendimiento y ardor en la evangelización; su apostolado tuvo
como medio la Misa, los sacramentos, la sencillez de la
predicación y el cuidado de los enfermos, pobres y presos; se
abstuvieron de pedir limosna y se limitaban a esperar que los fieles
les ayudasen espontáneamente, confiando así en la
Providencia como enseñó Jesús en el Evangelio,
así nació la Orden de los Clérigos Regulares
(llamados teatinos). Cayetano proclamó: "Cristo espera y nadie
se mueve"; "no con el amor sentimental, sino con el activo es con lo
que se purifican las almas".
Los padres Teatinos, del nombre latino "Theate Marruccinorum" del
obispado de Chieti, se establecieron en el Pincio. Carafa será
elegido primer Superior General, después que renunciara a su
cátedra de Chieti. Los primeros teatinos, además de
Caraffa y Cayetano estaban: Pablo Consigbliari y Bonifacio de Colle. El
Instituto creció con enormes dificultades. El "sacco de Roma"
(1527) les obligó a vivir en Venecia; su casa de Roma fue
destruida y Cayetano fue torturado para quitarle el tesoro que no
tenía. Cayetano fue elegido superior de Nápoles (1533).
Cuando Carafa fue nombrado cardenal (fue luego el papa Paulo IV) en
1536, Cayetano fue enviado como superior general a Venecia, donde
combatió al luterano Ochino y tuvo una importante
actuación durante la peste que asoló la ciudad. La
practica inquisitorial de Caraffa, dieron muy mala fama a los teatinos,
y el pueblo los llamaba, ambiguos, desleales, cretinos... pero ellos no
tenía nada que ver con las actitudes de su cofundador que les
hizo más mal que bien, pero ahí estaba Cayetano y su
santidad fuera de dudas. De nuevo regresó a Nápoles como
superior, donde murió después de haberse agotado en su
esfuerzo por calmar las discordias políticas
napolitanas. La canonización tuvo lugar en 1671 por el Papa
Clemente X.