SAN BEATO DE
LIÉBANA
19 de febrero
789 d.C.
En el Martirologio Romano anterior al 2007 se
decía: “En la región cántabra de Liébana,
en Hispania, san Beato, presbítero y monje del monasterio de San
Martín de Turieno, que defendió la fe contra la
herejía adopcionista y escribió un célebre
Comentario sobre el Apocalipsis”.
Nació de Liébana (Asturias), en una de las familias
más nobles de aquellas tierras. Hizo estudios
eclesiásticos y se especializó en Sagradas Escrituras.
Fue ordenado sacerdote y empezó a predicar el evangelio con gran
entusiasmo. Fue abad del monasterio de Liébana.
Por aquellos días pululaba en España la herejía
adopcionista, venida de Francia (de un tal Félix), y propagada
por el obispo de Toledo, Elipando. Beato se unió al obispo de
Osma, san Eterio y ambos lucharon con todas sus fuerzas contra los dos
herejes. Los dos santos contestaron al obispo de Toledo con la Sagrada
Escritura. La herejía consistía en afirmar que Cristo es
sólo hijo adoptivo del Padre. El emperador Carlomagno
reunió un concilio en Francfort. Allá se fueron Beato y
san Eterio, y volvieron a España con la condena de los dos
herejes. Elipando fue ejemplar después, porque reunió un
concilio en Toledo y se arrepintió de sus antiguas doctrinas,
pidió perdón y se reconcilió con la Iglesia. Beato
se retiró al monasterio de Valcavado donde escribió su “Comentario
al Apocalipsis”. Su nombre no figura en el Nuevo Martirologio Romano.