SAN AUXANO DE
MILÁN
560 d.C.
3 de septiembre
XXVIIIº Obispo de Milán (558-60) donde es muy venerado. Se
recuerda su intensa labor apostólica. Parece que hubo una sombra
en su episcopado pero se puede disipar: se alude a una carta que el
papa Pelagio I escribió en el 558 al patricio Juan, para
lamentarse de Paulino de Aquileya, que, al ser consagrado obispo en
Milán por un obispo “cismático”, no se le debía
considerar debidamente “consagrado”, sino “execrado”. En otra carta al
patricio Valeriano, Pelagio I recomienda al destinatario secuestrar a
los dos prelados, Auxano y Paulino, y entregarlos al emperador.
Primero hay que considerar que no se puede probar que
Auxano se pueda identificar con nuestro Santo; además, si se
tratase de él, no existen pruebas que se haya adherido al cisma
de los Tres Capítulos. Probablemente el papa usó, el
adjetivo “cismático” dándole un sentido de reproche
más que un explícita condena, a causa de la
consagración irregular de Paulino. Y si Auxano, como muchos
obispos occidentales, fue verdaderamente contrario a la condena de los
Tres Capítulos formulada en el V Concilio Ecuménico, hay
que recordar que tal actitud, en aquellos tiempos agitados, no fue
porque se fuera inclinados a la herejía, sino sobretodo por la
preocupación de no traicionar al Concilio de Calcedonia y fue
determinante también la dificultad, para los occidentales, de
evaluar con plena exatitud el sutil y sofisticado lenguaje de los
griegos. De aquí se clarifica la actitud que tuvieron los papas
con los obispos occidentales y el hecho que Pelagio en su carta al
patrio Juan llamase “cismático” al obispo milanés y en la
carta al patrio Valeriano, lo llama simplemente “obispo”, mientras, en
la misma, no duda en definir a Paulino como “pseudo-obispo”. Cuando
Auxano murió fue enterrado en la basílica de San Stefano
Maggiore y luego sería trasladado a la catedral de San Ambrosio.
Nadie dudó de su santidad.