SAN ARSACIO DE
NICOMEDIA
358 d.C.
16 de agosto
Soldado
persa en el ejército romano del emperador Licinio;
después de su conversión se retiró como recluso en
una torre en Nicomedia, esclarecido con tantos milagros, que se dice
haber lanzado a los demonios, y muerto con su oración a un
dragón. Advirtió a sus conciudadanos de la inminente
destrucción de la ciudad por el terremoto del 358; algunos
supervivientes se refugiaron en la torre donde él
residía, y lo encontraron muerto en actitud de oración.