Arquipo es uno de
los tantos personajes cuya referencia se ha perdido para nosotros,
aunque probablemente para san Pablo, que es quien dos veces lo nombra,
debía ser alguien querido, ya que lo llama «nuestro
compañero de armas» (Filemón, versículo 2).
En Carta a los
Colosenses Pablo le
envía un mensaje: «Decid a Arquipo: 'Considera el
ministerio que recibiste en el Señor, para que lo
cumplas'»; ¿cuál es ese ministerio? tal vez el de
la predicación a los gentiles, si por la referencia anterior -el
«compañero de armas»- hay que entender que Pablo lo
considera semejante a él mismo en algún aspecto.
La
tradición, basándose en las palabras de Pablo, le hace
obispo de Colosas e hijo de Santa Apfías. Como san Casiano de
Imola, habría sido apuñalado por un grupo de escolares
armados de estiletes. Arquipo fue inscripto en el Martirologio Romano basándose en el "Martirologio
de Adón", de hacia el siglo VIII o IX.