SAN AQUILINO DE
MILÁN
29 de enero
1015 d.C.
Nació en Würzburgo, en Alemania, en el seno de una familia
noble. Pronto se acercó a la fe católica, realizando sus
estudios teológicos en Colonia, donde fue ordenado
presbítero. Rechazó el cargo de obispo de Colonia, porque
quería dedicarse totalmente al ministerio sacerdotal y a la
oración. Por esto huyó a París, donde curó
a los enfermos de cólera de forma milagrosa, y también
aquí le ofrecieron el obispado, que rechazó de nuevo
escapando a Pavía.
La ciudad estaba en manos de los arrianos y el catarismo,
herejías contra las que predicaba Aquilino y que le costaron la
vida en el momento en que se marchó a Milán, donde una
noche, fue acuchillado por un grupo de herejes. Su cadáver fue
recuperado de una ciénaga, cerca de Porta Ticinese y lo llevaron
al oratorio de la cercana basílica de San Lorenzo. Su cuerpo fue
sepultado en la capilla de la Reina, que tomó su nombre.