El 27 de noviembre, la Orden Benedictina y la Abadía de Montecassino celebran el memorial litúrgico del santo abad Apollinare, a pesar de que el "martirologio romano" no lo menciona. Fue nombrado 14to abad en 817, sucediendo al abad Gisulfo; Benedictino de grandes virtudes, promovió tenazmente la disciplina monástica y al mismo tiempo, trabajó con una actividad animada para aumentar las posesiones del monasterio y organizando su gestión, recibió donaciones de muchos señores feudales nobles.

   Viajó con la visita de las posesiones, verificando la administración y fue durante uno de estos traslados, que llegó a las orillas del río Liri, al no tener botes para cruzarlo, hizo una señal de cruz y caminó sobre el agua con los pies secos.

   Dio la bienvenida en el monasterio, como un penitente conde Radechi de Conza, que estaba ansioso por expiar el asesinato del príncipe Grimoaldo IV de Benevento, algo bastante frecuente en las luchas internas entre los señores feudales de la época.

   Apollinare murió el 27 de noviembre de 828 y fue enterrado en la abadía; El abad Desiderio y el historiador Leone Marsicano, quienes ya narran el episodio del cruce del Liri, cuentan que cuando a finales de 846, los sarracenos, después de haber destruido a Fondi, se preparaban para atacar a Montecassino, el abad de esa época. Bassacius, junto con los monjes ansiosos, elevó las oraciones para eliminar el peligro mortal, durante la noche en que Apollinare se le apareció y lo tranquilizó en nombre del s. Benedict.

   De hecho, durante la noche, una violenta tormenta causó que el río Liri se desbordara y los sarracenos, que no tenían botes, renunciaron por ese tiempo a la destrucción de la abadía. En 1058, el abad Desiderio exhumó sus restos y los colocó en la iglesia de San Juan Bautista, componiéndose un epitafio en verso; en 1952, después de la reconstrucción de la abadía, de la destrucción de la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a la capilla erigida en su honor y pintada en fresco por Luca Giordano en el siglo XV. XVII, que había sobrevivido a la ruina.