SAN ANTONIO PRIMALDO Y
COMPAÑEROS MÁRTIRES DE OTRANTO
14 de agosto
1480 d.C.
La historia
de los Mártires de Otranto comenzó con una
profecía de san Francisco de Paula, que avisó de la
necesidad de defender Otranto, pero nadie le escuchó, y entonces
advirtió de la terrible matanza que se iba a producir.
En el verano de 1480, la ciudad de Otranto, se
quedó desprotegida de las tropas del rey Fernando I de
Nápoles que se había ido a otra parte. La armada turca se
presentó ante la ciudad exigiendo su rendición, pero no
quisieron los hidruntinos, y se pusieron a una defensa imposible. La
ciudad fue asaltada y murieron muchos de sus habitantes entre ellos el
arzobispo Esteban Pendinelli. Vencida la población y concluida
la lucha, Ahmed Pachá, el general turco, exigió que le
fueran traídos todos los varones de 15 años en adelante,
y se presentaron 800, que eran los únicos que quedaron vivos.
Entonces les exigió a todos la conversión al Islam, con
la condicion de respetar su vida.
En nombre de todos ellos un anciano artesano, famoso por
su piedad, llamado Antonio Primaldo, aseguró que todos ellos
adoraban a Cristo y no abandonarían su fe. Todos los
demás estuvieron de acuerdo, sin producirse ninguna
apostasía entre ellos. Entonces Ahmed Pachá ordenó
que fueran decapitados, y para ello fueron llevados al monte de
Minerva. Mientras subían se animaron unos a otros. Fueron
agrupados de cincuenta en cincuenta y fueron decapitados. Se cuenta que
Antonio Primaldo fue decapitado el primero, pero su cabeza no
cayó a tierra hasta que no fue decapitado el último. El
verdugo Berlabei, se conmovió con el valor de los
mártires, y se confesó cristiano, y fue empalado.
Reconquistada un año más tarde la ciudad por
las tropas reales, se encontraron cuerpos insepultos de los
mártires que se conservaban incorruptos, y todos fueron
enterrados en la catedral de Otranto. El monte se llamó la
colina de los Mártires. Fueron canonizados por SS Francisco el
13 de mayo de 2013.