SAN ANTOLÍN DE
PAMIERS
Siglo IV d.C.
2 de septiembre
Mártir legendario. Según algunos hagiógrafos, como
los bolandistas dicen que era cantero sirio de que hizo pedazos
los ídolos de su pueblo, murió en las gradas de una
iglesia en Pamea o Apamea de Siria, junto con su discípulo
Almaquio, el presbítero Juan. Otros mártires de Apamea
serian san Cayo y san Alejandro. Habrían sufrido martirio
durante la persecución de Diocleciano. Según otros, era
de estirpe real, según algunos historiadores. Muy venerado en
Pamiers del Languedoc (Francia), como lugar de su martirio, y
especialmente en Palencia.
Según la tradición de Pamiers habría
llegado a Arles con san Dionisio de París, para evangelizar la
región de Rouergue. Habría sido decapitado y
descuartizado. Sus miembros fueron arrojados al Ariège. No
obstante, su cabeza y brazos, depositados en una barca y velados por
dos águilas blancas, remontaron milagrosamente la corriente y
recalaron en Pamiers. Al respecto, otras tradiciones relatan que fue
martirizado por los arrianos. En realidad este santo no ha existido
sino que es el mártir de Apamea de Siria. Ya que sus reliquias
las trajo a esta ciudad en el siglo XII el conde Rogelio II de Foie,
después de combatir en la cruzada.
Hay otra tradición que dice que era francés, hijo de
Fredela, rey de Pamia, quien por el trato con los ermitaños de
San Agustín se convirtió al cristianismo. Predicó
entre los paganos, y fue martirizado en compañía de
Almaquio y del presbítero Juan por su tío Teodorico en el
674, siendo diácono.
Y otra tradición le hace nacido en Pamia, tierra de
los vacceos en Palencia, donde habría sufrido martirio en
época de Diocleciano. Otra tradición legendaria sobre sus
reliquias narra que el rey don Sancho, hallándose de caza en la
espesura de un bosque, en el lugar donde hoy se extiende la ciudad de
Palencia, divisó un jabalí, que en su huida fue a
refugiarse en una oquedad del terreno (la cripta de San Antolín,
aún en pie hoy bajo la catedral gótica de la ciudad).
Adentrándose el rey en la misma, se disponía a lanzar una
flecha para matar al animal, cuando su brazo quedó paralizado,
comprendiendo el rey que estaba en un lugar santo y que había
sido castigado por cometer sacrilegio. El monarca hizo entonces un voto
por el que si recuperaba de la repentina parálisis
levantaría una catedral en el lugar. Al instante quedó
curado. Agradecido el rey Sancho por el milagro, y halladas las
reliquias del mártir que habían quedado abandonadas
durante la invasión musulmana, se erigió el templo en
cumplimiento de la promesa. Debido a esto la catedral palentina
está dedicada a san Antolín. Es patrón de Pamiers,
Toulouse y Palencia.