SAN AMANDO DE
MAASTRICHT
6 de febrero
675 d.C.
Nació en Nantes en el Bas Poitou, en el seno de una familia
cristiana. Fue monje en la isla de Yeu y, luego tras visitar el
sepulcro de san Martín de Tours, decidió vivir como
peregrino pero antes, y durante 15 años, vivió como
ermitaño en Bourges. Habría convertido a san Bavón
de Gante; a los 33 años peregrinó a Roma y recibió
del Papa la bendición apostólica. Marchó a las
Galias y fue ordenado obispo itinerante por Dagoberto I y el obispo San
Acario de Noyón.
Viajó a
Inglaterra para rescatar esclavos. A continuación de una segunda
visita a Roma intensificó su actividad misionera que se
extendió a la otra parte del Danubio. Recorrió fundando
monasterios desde los Pirineos navarros hasta la Carintia y Flandes, en
esta región evangelizó la región de Gante donde
fundó la abadía de San Bavón. Amando actuó
con éxito gracias a la colaboración del rey Dagoberto que
obligó a los paganos a aceptar la fe cristiana. Fue exiliado por
el rey al que había reprendido su vida licenciosa. Cuando fue
rehabilitado bautizó al joven San Sigeberto III, hijo del rey
Dagoberto.
Fue consagrado obispo
de Tongres y de Bourges en el 630, y después de Maastricht en el
647, por el rey Clotario II. Con algunos compañeros, la
mayoría anglosajones, cuya libertad había comprado en los
mercados de esclavos, predicó en Gante, donde tuvo muchos
problemas: fue arrojado más de una vez al río Escalda,
sus compañeros se desalentaron y lo abandonaron. Así que
se retiró a la vida eremítica y fundó el
más conocido de sus monasterios el de Elnone, en
Pévèle, a orillas del Scarpe, que tomó el nombre
de Saint Amand les Eaux, donde se retiró en su vejez. Fue
particularmente devoto de San Pedro.
Según recoge la leyenda, durante su estancia en Roma, hacia el
620, pasaba las noches en la basílica de San Pedro. Expulsado de
ésta, permaneció sentado sobre los peldaños donde
tuvo una visión, en la que se le apareció el
apóstol y le ordenó que regresase a las Galias.
Convirtió y aconsejó a santa Rictrudis de Marchiennes para que entrara en un
convento, así como a santa Ida de Nivelles, para que fundara el
monasterio de Nivelles. Fue modelo para santos Willibrordo y
Bonifacio por su constante obediencia al papa y su apertura a los
reyes. Santa Aldegunda de Maubeuge lo habría visto ascender al
cielo. Es el apóstol de Bélgica.