SAN AMANCIO DE RODEZ
4 de noviembre
440 d.C.



   San Amancio, Obispo, en Rodes de Francia, cuya vida fue gloriosa en santidad y milagros. Nació en la ciudad de Rodez, Francia. Cuando llegó a su juventud, pensó que lo mejor para su vida era dejarlo todo por amor a Jesús. Dadas sus buenas cualidades y sus virtudes, lo nombraron obispo de Narbona (año 401). Eran tiempos malos porque la ciudad estaba todavía, en gran parte, bajo el dominio de los paganos. Una vez que hizo su trabajo apostólico en este lugar, se fue a Rodez para hacer obras de conversión al cristianismo.

   Primer obispo de Rodez. Sobresalió por sus virtudes y su sabiduría. Según la leyenda le convirtió san Honorato de Arles. Un día, uno de los jefes de la ciudad, le dijo que no dejaría de ser pagano mientras no viese un milagro con sus propios ojos. Le propuso que el río Laterne se subiese por las murallas. El obispo aceptó la idea o apuesta. Amancio invocó a Dios. El milagro se llevó a cabo. Y todos cuantos lo veían, comentaban que lo mejor era convertirse al Dios que anunciaba el bueno de Amancio. Con su plegaria hizo que un rayo destruyera a un ídolo y sus adoradores. En otra ocasión, comenta su biógrafo, supo ser tan generoso que perdonó la vida a un condenado a muerte. Pero, a pesar de cuanto hizo, la autoridad no lo quería. Mientras estaba rezando, el gobernador fue herido de muerte. A cada insulto que le hacían a Amancio, él respondía con amabilidad. Murió ya anciano. Es posible que sea la misma persona que santos Amancio de Noyón y Amando de Elnone. Patrón de Rodez. 

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)