SAN ALMAQUIO
1 de enero
391 d.C.
Telémaco era
un monje oriental que, encontrándose en Roma, al ver el
espectáculo sangriento de los gladiadores en el circo se
arrojó impetuosamente a la arena para interrumpirlo alzando la
voz: “Abandonad las supersticiones de los ídolos y los
sacrificios impuros”. Murió víctima a manos de los
gladiadores, por orden del prefecto Alipio (según el “Martyrologium
Hieronymianum”) o lapidado por el público, que no se
resignaba a quedarse sin diversión. Entonces el emperador
Honorio prohibió estos festejos (Teodoreto, “Historia
Eclesiástica”, 5, 26). Completó la exigencia de la
paz hasta el martirio.
El P. H. Delehaye, bolandista, piensa que se trata de un martirio
histórico y considera que, a pesar de ciertas dificultades en
cuanto a las aclaraciones, el verdadero nombre del mártir fue
Almaquio y que su martirio tuvo lugar hacia el año 400.