SAN ALBUINO DE BRIXEN
5 de febrero
1005 d.C.
Albuino nació en Austria y pertenecía a la noble familia
de los Aribonen de Carintia, estaba emparentado con el emperador
Enrique II y su madre se llamaba Hildegarda. Estudió en la
escuela catedralicia de Bressanone: fue ordenado sacerdote y fue
nombrado obispo de Bressanone (Brixen) (975), en el sur del
Tiról donde es muy venerado.
Se le atribuye el
traslado de la sede episcopal de Sabiona a Bressanone. Como consejero
del emperador Otón II, fue recompensado con grandes mercedes. La
leyenda dice que un día que rezaba al aire libre comenzó
a llover y su asamblea no se mojó.
Ya en el siglo XI era venerado como santo, y en 1141 sus restos se
depositaron en la catedral de Bressanone. No debe confundirse esta
Bressanone, llamada Brixen en alemán, ciudad italiana en la
actualidad, aunque de mayoría germanoparlante, con la
pequeña localidad de Brixen im Thale, en Austria. Es copatrono
de la diócesis de Bolzano-Bressanone (Bozen-Brixen) junto con
san Ingenuino.