SAN ALBINO DE VERCELLI
1 de marzo
Siglo V d.C.



   En el 452 fue nombrado el Vº obispo de Vercelli, año en el que las ordas de los godos de Alarico y de los hunos de Atila, atraversaron y devastaron la ciudad, siendo luego vencidos por el general Ezio. A Albino le tocó reconstruir la catedral fundada por San Eusebio. La celebración de la dedicación a san Eusebio de la catedral, reconstruida y restaurada, con un ritual grandioso permaneció en la memoria de todos durante mucho tiempo; los anales históricos de la diócesis vercellese recuerdan el 31 de agosto esta celebración con un episodio extraordinario que sucedió en tal ocasión.

   Albino retrasaba la celebración porque deseaba la visita para tal ocasión de algún insigne obispo, su espera fue premiada cuando pasó por allí el santo obispo de Auxerre, Germán; invitado por Albino, san Germán que marchaba con urgencia a Rávena, prometió que a su regreso se pararía para celebrar el rito. Pero san Germán, murió durante su estancia en Rávena y a Vercelli regresó su ataud, en el viaje de regreso a Francia. La leyenda dice que una vez que entró el féretro en la catedral, entre la gran presencia del clero y el pueblo, la numerosas velas, necesarias para iluminar el vasto ambiente, se encendieron de improviso sin intervención de nadie, cuando en los días anteriores, inexplicablemente no se habían podido encender; el santo obispo cumplía asi su promesa, con este milagro.

   Todo esto es una leyenda, porque las fechas no concuerdan, ya que san Germán murió en Rávena en el 448 cuando era obispo de Vercelli san Justiniano y no san Albino que lo fue, como ya hemos dicho, en el 452. De nuestro santo no se sabe nada más, pero su culto es antiquísimo.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)