SAN ALBERTO DEGLI
ABBATI DE TRAPANI
7 de agosto
1307 d.C.
Nació en
Trápani (Sicilia), provenía de la familia florentina de
los Abbati, su padre era Benito degli Abbati, y su madre Juana Palizi.
Entró, por decisión propia, en los carmelitas cuando
contaba ocho años (aunque sus padres, antes de su nacimiento,
habían hecho voto de consagrarlo a Dios en el Carmelo de
Trápani si tenían un hijo). Fue modelo de virtud y de
estudio durante su noviciado. Si bien en un principio se negó a
aceptar la ordenación sacerdotal, tuvo que acceder ante los
ruegos de sus hermanos religiosos y superiores. Se distinguió
por su fervor y austeridad de vida. Sus biógrafos nos dicen que
sus ayunos eran continuos, que nunca tomó carne. Su cama era un
zarzo de sarmientos y dedicaba largas horas a la oración Poco
después fue enviado al convento carmelita de Mesina y
ayudó a la ciudad sitiada, trayéndoles alimentos que
nadie se explicaba de dónde procedían.
Por su palabra, y por sus milagros; por la caridad y sobre todo por las
numerosas conversiones de judíos, la fama de Alberto
alcanzó toda la isla de Sicilia. En 1296, fue nombrado superior
provincial de todos los carmelitas de la isla; cuando visitaba los
conventos no llevaba otra cosa que un poco de pan, el báculo y
un cántaro de agua. Fundó varios conventos y
escribió algunos tratados, que no se han conservado. Santas
Teresa de Jesús y María Magdalena de Pazzi fueron grandes
devotas del santo. Se dice que tuvo la premonición de su muerte.
Murió en Mesina. Patrón de Trápani y Mesina. Es
uno de los patrones y protectores de la Orden carmelitana.