Nació en
Kweichow, China, en el seno de una familia pagana. Ingresó en la
guardia comunal de Wu-Chan, y fue destinado como guardia de la
cárcel de Wu-chuan para custodiar a los presos cristianos
durante la persecución de 1772. Entre estos estaba el
obispo san Juan Gabriel Taurin a Pekín, y su comportamiento le
convirtió.
Fue bautizado y
confirmado en 1776, con el nombre de Agustín, en honor al santo
del día. Se encargó de bautizar a los niños que
morían de hambre. Ordenado sacerdote en 1781, trabajó en
la provincia de Szechwam, en la región de Yunnam, donde
realizó una intensa labor apostólica; era un gran
predicador que a quienes escuchaban su relato de la pasión de
Jesús, les hacía brotar las lágrimas. Fue enviado
a Yunnan a convertir a los habitantes de aquella región
montañosa, pero durante la persecución de 1815 fue
reconocido como cristiano, cuando estaba visitando a un enfermo en el
poblado de Chun-King. Murió en prisión por los maltratos
sufridos y la tortura un día indeterminado de Primavera, por
ello la Iglesia lo celebra de forma particular el 22 de marzo. Es el
primer sacerdote chino del que se ha documentado su martirio.
El 9 de julio se
celebra su Memoria Litúrgica junto a 119 mártires chinos
de los que san Agustín figura como cabeza de lista. Fue
canonizado por SS Juan Pablo II en el año 2000, durante el gran
Jubileo, en China.