SAN AGRICIO DE
TRÉVERIS
13 de enero
330 d.C.
La
vida de Agricio ha adquirido particular interés en estos
últimos años, debido a las discusiones sobre la
autenticidad de la "Santa Túnica de Tréveris".
Según la vida del santo (se trata de un documento ciertamente no
anterior al siglo XI y considerado por los críticos como obra de
pura imaginación), Agricio fue primero, Patriarca de
Antioquía; después, el papa san Silvestre, a instancias
de la emperatriz santa Elena, madre de Constantino, le nombró
obispo de Tréveris.
Esa región de
Alemania, que había sido evangelizada casi dos siglos antes,
volvió a caer prácticamente en el paganismo. Agricio se
dedicó a construir allí iglesias y a establecer
relaciones más estrechas con el centro de la cristiandad. Santa
Elena le animó en esta tarea y le envió una parte de las
preciosas reliquias descubiertas por ella en Tierra Santa,
además le entregó su palacio que Agricio convirtió
en iglesia.
Así llegaron a
Tréveris uno de los clavos de la cruz, el cuchillo de la
Última Cena, los cuerpos de los santos Lázaro y Marta, y
lo que pasaba por ser la túnica inconsútil del
Señor y que es conocida como la "Santa Túnica de
Tréveris". Pero el carácter poco fidedigno de la
biografía de Agricio, que narra esto, no es un argumento en
favor de la autenticidad de los hechos. Por otra parte, la placa de
marfil de origen bizantino, que algunos interpretan como una
representación de los santos Silvestre y Agrecio transportando
en un carro las reliquias a Tréveris, se refiere probablemente a
otra translación de reliquias a Constantinopla, bajo el
emperador León I (457-474).
Se afirma también que San Silvestre concedió a
Tréveris, en la persona de Agricio, la primacía sobre
todos los obispos de la Galia y Germania. Dejando aparte estas
ficciones, los únicos datos ciertos que poseemos sobre Agricio
son que asistió como Obispo de Tréveris al Concilio de
Arlés, en 314, y que fue sucedido por san Maximino.