SAN ABIBAS I
2 de agosto
Siglo I d.C.
Antiguamente se decía que era el segundo hijo de Gamaliel (At 5,
34; 22 ,3) y que como su padre se hizo cristiano. Su nombre y su culto
está ligado al relato de Luciano, sacerdote de la aldea de
Kefar-Gamla, distante una veintena de milla al norte de
Jerusalén, que tuvo un sueño, que se repitió tres
veces, en los que se le aparecía Gamaliel en el 415. La
intención de estas visiones era para que se dieran los debidos
honores a los restos del protomártir san Esteban, que se
encontraban enterrados en aquella aldea.
Parece que
después del martirio de Esteban, por orden del sumo sacerdote,
su cuerpo fue tirado a la basura, pero Gamaliel lo recogió y lo
sepultó en un sepulcro nuevo de una propiedad que tenía
en Kefar-Gamla. Según estos sueño el viejo Gamaliel
revelaba a Luciano, que en el sepulcro también estaban los
restos de su cuerpo, de su hijo Abibas y el de Nicodemo, miembro del
Sanedrín; que convertidos al cristianismo, dejaron sus cargos y
se refugiaron en casa de campo, donde murieron y fueron sepultados
junto al santo protomartir.
Al mismo tiempo,
siempre en el sueño, Gamaliel revelaba al monje Majezio el lugar
preciso del sepulcro, miemtras el sacerdote Luciano relataba el
sueño al obispo Juan. Efectivamente se encontró el
sepulcro y se levantó la lápida que tenía grabada
en griego cuatro nombres judíos, y se encontraron los cuerpos,
estando presente el obispo Juan.
San Avito de Braga, invitó
al sacerdote Luciano a que escribiese el relato de sus revelaciones,
que el mismo Avito tradujo del griego al latín y que
después tuvo una gran difusión y sin ninguna
contradicción la devoción por san Esteban se
difundió por toda la Iglesia y sus reliquias fueron veneradas en
todos los sitios, obrándose muchos milagros gracias a su
intercesión.
Este relato hizo que
se conociera a Abibas. Según este, Abibas fue el segundo hijo
predilecto del miembro del Sanedrín Gamaliel y fue
compañero de san Pablo, cuando asistía a la escuela de su
padre; se convirtieron juntos y fue bautizado por los apóstoles,
mientras su hermano mayor y su madre permanecieron fieles al
judaísmo. Abibas se quedó sólo con su padre y
murió cuando apenas contaba 20 años, otros autores
afirman que vivió hasta los 80 años. En el sueño
Gamaliel indicaba el sepulcro de su hijo con la visión de un
cesto de plata, que contenía flores de azafrán que
exalaban un suave perfume, símbolo del candor y virginidad de
Abibas. Durante
las cruzadas, como atestiguan algunas inscripciones, las reliquias de
Abibas, Gamaliel y Nicodemo, fueron trasladas a Pisa y expuestas a la
veneración de los fieles en la catedral.