SAN ABEL DE LOBBES
5 de agosto
751 d.C.
Era de
origen inglés o irlandés; acompañó a San
Bonifacio al continente europeo. Fue monje en el monasterio de
Lobbes. Existían muchos problemas en el clero
de Francia, Milón por ejemplo, tenía dos diócesis
bajo su poder episcopal desde que echó fuera a san Rigoberto de
su diócesis de Reims. Sin embargo, a la muerte de Carlos, el rey
Pipino, su hijo, llamó a san Bonifacio para que reformara la
Iglesia de Francia, en la que había abusos de bulto.
Una de las primeras decisiones que tuvo que tomar san Bonifacio fue
enviar a Milón a Tréveris y proporcionar un verdadero
pastor de almas a los fieles de Reims. Para esta misión
eligió a Abel, como arzobispo de Reims, que ya se había
distinguido como misionero en los países del Norte. Su
elección la aprobó Pipino y la confirmó el papa
san Zacarías el 22 de junio del año del 745 y el concilio
de Soissons en el año 744. El Papa estaba lejos, Pipino luchaba
fuera de las fronteras y Milón le hizo la vida imposible a
Abelardo. Incluso intentó asesinarlo. Abel, desalentado y sin
coraje necesario, abandonó Reims y volvió a vivir en
Lobbes, donde fue abad hasta su muerte.