SAN ABDÍAS
19 de noviembre
Siglo VI a.C.
Abdías es el
cuarto profeta menor y a quien se adjudica el más breve de los
libros proféticos del Antiguo Testamento (contiene
veintiún versículos). El título del libro es
dedicado al nombre del autor. Sin embargo, recientemente algunos
académicos consideran que debería ser reconocido como un
apellido, debido a que comúnmente "sirviente de Yahvé"
sería adjudicado sólo como apellido o sobrenombre, por
otra parte, no se da ninguna otra distinción informativa acerca
del escritor, quien es identificado como Abdías.
Es cierto que al
carecer de información con autoridad, tanto judíos como
cristianos han llegado a suplir libremente esa carencia en
términos de autor, pero también queda la evidencia de que
"no se conoce nada de Abdías, en términos de familia,
período de vida, lugar de nacimiento, muerte y otras
circunstancias que son desconocidas a nosotros" (Abbé Trochon, “Les
petits prophètes”, 193). La única información
identificable acerca del autor es que pertenecía al reino de
Judá.
La breve profecía de Abdías trata casi exclusivamente con
el destino de Edom, tal y como es dado a conocer en las primeras
palabras. Dios ha convocado a las naciones contra Edom. Ella
confía en su reacción rápida y dura, contundente,
pero es en vano. Los ladrones la destruirían completamente
(1-6). Los aliados y amigos han dado la espalda (7) y la
sabiduría que cree poseer le fallará (8,9). Los castigos
vendrán por la conducta mostrada hacia Judá, será
cuando los extraños echen suertes sobre Jerusalem (10-11). Los
resultados surgen a raíz de la conducta indigna (12-14). El
"día de Yahvé" está cerca sobre "todas las
naciones", en que donde la ruina espera a Edom y la compartirá
unida a la "casa de Jacob" y "la casa de José" (16-18). En
cuanto a Israel, las fronteras se ampliarán en cada
dirección; los "salvadores" aparecerán en el montaje de
Sión para "juzgar" el montaje de Esaú, y la ley de
Yahvé será establecida (19-20). Son palabras duras en las
que denuncia cualquier tipo de violencia; dice que Dios nos perdona
dándonos la posibilidad de empezar de nuevo.