SAN ABBON DE FLEURY
13 de noviembre
1004 d.C.
Nació cerca de Orleans. Ingresó en la abadía de
Fleury (Saint-Benôit-sur-Loire) y puso como centro de su vida a
Cristo. Muy joven, gracias a su profunda cultura literaria y
científica fue nombrado maestro de la abadía.
Marchó a París y a Reims para profundizar y ampliar sus
conocimientos de filosofía y astronomía. Se
trasladó a Orleans, donde perfeccionó sus estudios de
música.
En el 970,
regresó a Fleury y luchó, en el “Comentarius in
calculum Victorii vel Tractatus de numero, mensura et podere”,
contra los mileniaristas. San Oswaldo de York lo llamó para que
asumiera la dirección de la escuela de la abadía de
Ramsey, en Huntingdonshire, donde se quedó durante dos
años (985-987) donde compuso diversos textos escolares, entre
los que destaca “Quaestiones grammaticales”, también la “Vida
de san Edmundo”. Fue considerado uno de los hombres más
doctos de su época.
Fue nombrado abad de Fleury en el 988, donde introdujo la observancia
cluniacense; también tuvo que afrontar los problemas que le
ocasionó el obispo de Orleans, Arnoldo, que amenazaba los
derechos del monasterio. Eminente conocedor de las Escrituras y con
grandes conocimientos profanos, defendió la disciplina
eclesiástica y fomentó con decisión la paz.
Escribió el “Apologeticus”, dedicado al rey Hugo Capeto,
y la “Collectio canonum”, obras en las que abordó
problemas como el matrimonio, la guerra y la paz. Marchó a
Spoleto a entrevistarse con el papa Gregorio V, en el 996, donde
consiguió la autonomía de sus monasterios de las
pretensiones de los obispos franceses, ligándose al Papado. Fue
consejero de los reyes: Hugo y Roberto. Varias veces fue requerido para
que hiciera de mediador entre el rey de Francia y el Papado. Fue
asesinado de una lanzada en La Rèole en Gascuña por unos
monjes a los que quería reformar.