BEATO ROBERTO DE SALENTINO
18 de julio
1341 d.C.



   Nació en Salle (Pescara), Abruzzos, entonces pertenecía al reino de Nápoles. Se llamaba Santuccio. Desde su infancia se reveló un gran sentido del amor fraterno y del perdón. Con 16 años siguiendo una fuerte vocación conoció y siguió al futuro San Celestino V en monte Morrone.

   En 1294 Roberto finalizado el noviciado era el más querido discípulo del santo, dedicado con toda su alma en la practica de la virtud y el culto del silencio y a la mortificación del propio cuerpo. Cuando san Celestino V fue nombrado pontífice pidió a su discípulo que lo siguiera en su nueva misión, pero nuestro santo lo rechazó para dedicarse, como su sucesor, en ejemplarizar a los rudos eremitas abruzeses. Durante el pontificado de Celestino, Roberto se trasladó al monasterio de San Jorge en Roccamorice donde continuó con tenacidad las prácticas para él más queridas.

   En 1294, con la renuncia al pontificado de Celestino V, Roberto se alegró muchísimo que su maestro volviera al monasterio, pero por circunstancias el papa dimitido fue recluído por temor a un cisma en Rocca di Fumone donde murió. Roberto, este mismo día, vio subir su alma al cielo, y así se lo comunico a sus hermanos, que recibieron la noticia dos días después.

  Aunque la tradición celestina admite al sacerdocio una vez cumplidos los 31 años, Roberto tuvo una dispensa y en el 1298 con sólo 25 años fue ordenado sacerdote. Durante 12 años permaneció como sepultado en el monasterio de San Jorge en una estrecha celda, hasta que del 1310 al 1317 fue nombrado Procurador en Santo Espíritu en Majella y de allí a Roccamontepiano donde se piensa que fundó el monasterio de la Santa Cruz. Fundó 14 monasterios de la congregación celestina. Nunca desistió del rigor de su austera vida.

   En 1327, fue nombrado Procurador General de la Congregación de los Celestinos, fundó, visitó y restauró bastantes monasterios. También fundó algunos hostales para peregrinos. Fue un gran administrador de la Congregación, de forma que algunos piensan que superó al maestro. Se tienen noticias de sus dones taumatúrgicos y místicos, que fueron tantos, que su fama se extendió muchísimo así como su infinita caridad. A causa de tanto clamor tuvo que disculparse delante del obispo de Chieti de una acusación de abusos de las limosnas. Esta fue probablemente la cruz más onerosa que tuvo que soportar y que nuestro beato sufrió de manera indecible. Murió con fama de santidad y su cuerpo está sepultado en la abadía del Santo Espíritu de Sulmona.

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(Parroquia San Martín de Porres)