BEATO RICARDO THIRKELD
29 de mayo
1583 d.C.
Nació en el condado de Durham, en Cunsley. Había
estudiado en el Queen’s College de Oxford y en su madurez
estudió en Douai, en 1576 y en Reims para ser sacerdote en 1579.
Sirvió a los católicos de Yorkshire, donde ejerció
su ministerio con gran eficacia. Siendo también confesor de
santa Margarita Clitherow. Se dedicó también a recoger
los recuerdos de los martirios producidos hasta entonces; pero cuando
fue arrestado, sus escritos fueron a parar a manos de sus perseguidores
y fueron destruidos.
La razón por la que le detuvieron fue porque fue a
visitar a un preso católico en la cárcel de Kidcote en
York. Fue detenido en 1583. Esa misma noche fue encerrado en la casa
del representante de la reina en dicho condado. Al día siguiente
se llevo a cabo el juicio en el cual logró comparecer en sotana
y birrete. En el interrogatorio reconoció que era sacerdote
católico. Fue llevado a los calabozos del castillo de York y
juzgado bajo la acusación de traición y por haber
reconciliado a muchos con el catolicismo.
El mártir declaró su entusiasmo por ser
condenado a muerte por la fe; dijo que desde los ocho años
anhelaba esta forma de morir y que si tuviera mil vidas todas las
daría por esta causa con todo gusto. Y añadió,
citando el salmo: «Éste es el día que hizo el
Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo».
Pasó la noche instruyendo a sus compañeros prisioneros y
la mañana de su condena acrecentó la fe y constancia de
aquellos que habían sido llevados a juicio. Seis de sus cartas
todavía existen. Llegó al patíbulo sereno y manso
y fue ahorcado y descuartizado en la plaza de York. Su culto fue
confirmado por León XIII el 29 de diciembre de 1886.