BEATO RICARDO SIMPSON
24 de julio
1588 d.C.
En Derby en
Inglaterra, beatos Nicolás Garlick,
Roberto Ludlam y Ricardo Simpson, sacerdotes y mártires, que,
condenados a muerte por su sacerdocio durante el reinado de Isabel I,
después de muchas fatigas y tribulaciones alcanzaron en el
patíbulo los
gozos del cielo.
Ricardo Simpson o Sympson
nació en Wells, junto a Ripon, y se había educado en el
Gloucester Hall, en Oxford, y parece que nació en el seno de una
familia protestante. Convertido al catolicismo, fue denunciado y
pasó por una larga prisión en York antes de ser liberado.
Marchó a Douai, en cuyo colegio inglés entró el 19
de mayo de 1577. Ordenado sacerdote no mucho después,
volvió a Inglaterra y ejerció provechosamente su
ministerio. Pero nuevamente fue apresado y después de un tiempo
de cárcel enviado al destierro. Volvió enseguida a
Inglaterra para ser apresado en 1587 por tercera vez y detenido en la
cárcel de Derby. Juzgado y encontrado sacerdote ordenado en el
extranjero, fue condenado a muerte.
Parece que estaba aterrorizado por la perspectiva
de la horrible muerte que le esperaba y que no acudió al
martirio con la alegre confianza con que lo hicieron sus
compañeros, pero no se echó atrás, no
apostató, mantuvo su fe hasta el final y por ella dio la vida
junto con los otros dos mártires. Los tres fueron beatificados
el 22 de noviembre de 1987 por San Juan Pablo II.