BEATA REGINA PROTMANN
18 de enero
1613 d.C.
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María Regina nació en Braniewo, en la región de
Warmia (Polonia) en el seno de una familia burguesa católica. En
aquellos momentos la región pasó a manos de gobernantes
protestantes. A los 19 años tuvo una experiencia expiritual que
le hizo dar un viraje existencia.
Con tres
compañeras se retiró a una casucha vieja y decadente,
para iniciar una vida de comunidad, dedicada a Dios, en la pobreza
absoluta y al servicio del projimo. Para ayudar a los necesitados
realizó los trabajos más humildes y pesados, visitaba a
los enfermos, a los que llevaba el consuelo de la fe, se ocupaba de la
educación de los niños, en particular de las muchachas.
Fue siempre solícita y sensible a todas las exigencias y
necesidades del prójimo; con devoción y fervor se
dedicó al cuidado del altar y de la iglesia de su pueblo.
En 1571, con la ayuda
de dos jesuitas, fundó la Congregación de las Hermanas de
Santa Catalina de Alejandría, comunidad de tipo
comtemplativo-activo, dedicadas a la asistencia de los necesitados y a
la enseñanza de los más probres. Esta Congregación
fue para su tiempo una novedad, porque sólo existían
conventos de extricta clausura. La Congregación en un principio
se extendió por Polonia y Lituania, y después por otros
países.
Después de un desafortunado viaje en invierno, Regina
regresó enferma y después de una larga y sufrida
enfermedad, murió rodeada de sus religiosas en el convento de
Braniewo. Fue beatificada por San Juan Pablo II el 13 de junio de
1999.