BEATO RAFAEL CALATRAVA ROS
1936 d.C.
26 de septiembre
Bautizado en la almeriense
parroquia de san Pedro, se doctoró en Derecho en la Universidad de
Granada. Abogado ejemplar y respetado por sus colegas, publicó algunas
obras que muestran su gran saber. Más lo que verdaderamente lo distinguía
era su compromiso vital para con la justicia, sin reparar en sacrificios
y siempre desde la humildad.
Muy devoto de la Santísima Virgen y de santa Teresa de
Jesús, perteneció a la Adoración Nocturna. Auténtico
caballero cristiano, era íntimo amigo del Siervo de Dios don José
Álvarez Benavides de la Torre. Junto a éste y a otros distinguidos
católicos se ocupó, por disposición de los Prelados,
del Monte de Piedad del Obispado.
El once de septiembre de 1911 casó con doña Carmen
Romero Martínez – Carrasco en la Iglesia Parroquial de santa Escolástica
de Granada. En sus veinticinco años de amor matrimonial, formaron
una familia de once hijos que fueron Iglesia doméstica.
Al inicio de la Persecución Religiosa fue detenido junto
a su hijo, el Siervo de Dios don Jaime Calatrava Romero y sufrieron juntos
prisión. Ya que su hijo se negó a separarse de él, también
unidos dieron testimonio de Cristo en el martirio. El Siervo de Dios tenía
cuarenta y cuatro años.
Su hija doña Concepción recordaba así a
su padre: «Mi padre era un hombre muy recto, muy caballero, le teníamos
mucho cariño. Como cristiano puedo decir que era un católico
practicante convencido. Tenía caridad con el prójimo; era buen
esposo, buen padre, daba muchas limosnas a los pobres, pero no alardeaba
por ello. En la Persecución no se acobardó; al contrario, pudo
esconderse y no lo hizo. Se entregó dócilmente y con gran valentía
soportó la prisión y el martirio.»