BEATO PÍO DE
SAN LUIS
2 de noviembre
1889 d.C.
Nació en Trebbio, Rímini en el seno de una familia de
humildes agricultores, se quedó huérfano a los seis
años, las dificultades económicas obstaculizaron su
elección de la vida religiosa como pasionista, que a pesar de
todo abrazó a los 14 años en 1882 en el convento de
Nuestra Señora de Casale.
Como novicio, fue siempre alegre y servicial; estaba
dedicado al estudio de la Filosofía y la Teología, aunque
le costaron bastante, porque no estaba dotado para el estudio.
Tenía una gran devoción por la Eucaristía y por
María. Era un chico enfermizo, pero con una gran vida interior,
pensando sobre todo en las pequeñas cosas: “Obedeceré
sincera y gozosamente”. “Evitaré aferrarme con exceso a mis
propios criterios”. “Me mantendré siempre jovial con mis
compañeros”.
Cuando recibió en Rímini las órdenes
menores, se sintió indigno de ser sacerdote por su incapacidad,
y le pidió la muerte a María, si no era digno para ello.
Estaba para recibir el sacerdocio cuando se le manifestaron los
primeros signos de tuberculosis; murió ofreciendo su vida por la
Iglesia, los pecadores y su querida tierra natal de
Romaña. El 17 de noviembre de 1985 Juan Pablo II lo
declaró beato.