Eneas
Silvio Piccolomini había nacido cerca de Siena y tomó el
nombre de Pío como homenaje al pius Aeneas, héroe de la
epopeya virgiliana. Estudió en Siena y en Florencia.
Participó en el concilio de Basilea, donde conoció al
Cardenal Capranica, del que fue secretario durante algún tiempo.
Entro al servicio del antipapa Félix V, luego al del emperador
Federico III. En Frankfurt, el emperador le coronó como poeta.
En la Universidad de Viena dio varias conferencias sobre los poetas de
la antiguedad y abrió así el camino de las humanidades a
los intelectuales alemanes.
En 1444 fue publicada su novela "Euryalus y Lucrecia",
escrita bajo el influjo de Boccacio. En 1445, al recibir las
órdenes sacerdotales, su vida emprendió un nuevo rumbo.
Hizo penitencia y reconoció todos sus errores pasados. En 1449
fue nombrado Obispo de Siena y en 1456 Cardenal. Al recibir la tiara no
tuvo más que un pensamiento: el de emprender una nueva cruzada.
En medio de la total indiferencia de los príncipes, lanzó
la Bula "Vocavit nos Pius", en octubre de 1458, convocando a los
soberanos en Mantua, donde esperó su llegada durante cuatro
meses. Se llegó, sin embargo, a un acuerdo y se decidió
emprender una cruzada cuya duración sería de tres
años. Nada sucedió.
En 1463 el Papa
tomó al mando de la cruzada, notificándolo a todo el
mundo cristiano. Venecia se alió con Hungría; Skanderbeg
atacó a los turcos; Esteban el Grande fue proclamado por
Pío II Atleta christi; miles de hombres acudieron a Roma desde
toda Europa. Sólo los reyes quedaron indiferentes.
Después de una peregrinación a Asís, el Papa se
dirigió hacia Ancona, donde la flota veneciana tardaba en
aparecer. Cuando finalmente los navíos de guerra del dux
aparecieron en el puerto, Pío II agonizaba. "Hasta hoy (dijo),
lo que me faltaba era una flota. Ahora seré yo quien
faltaré a la falta..". Falleció el 15 de agosto de 1464,
día de la Asunción. La cruzada moría con él.
Fue una de las personalidades relevantes de su tiempo, no
sólo como Papa y piadoso hombre de la Iglesia, sino
también como escritor y científico. Fue amigo de
Nicolás de Cusa, al que encargó el proyecto de un plan
para la reforma de la Iglesia, y de San Antonio de Florencia, quien le
apoyó en esto. Sin embargo, el proyecto no llegó a ser
puesto en práctica, debido sobre todo a la oposición de
los Cardenales, cuya intención era la de transformar al Papa en
un simple presidente del Sacro Colegio, quitándole todo
carácter monárquico.
La obra más importante de Pío II fue el
primer volumen de una vasta Cosmographia. Sólo pudo redactar el
tomo sobre Asia y unos esbozos del segundo tomo, dedicado a Europa. Sus
opiniones acerca de la geografía del mundo eran revolucionarias
y es en ellas donde se inspiró más tarde Cristóbal
Colón para emprender su viaje hacia el oeste. Fue el
único Papa que dejó memorias escritas, en forma de
diario. Sus Commentaria contienen retratos perfectamente logrados de
muchos de sus contemporáneos y una serie de descripciones de
ña naturaleza consideradas como las mejores hasta la
época de Goethe.
Fue un romántico, como lo había sido
Petrarca. Debido a su amor por las bellezas naturales fue llamado "el
amante de los bosques". Fundó las Universidades de Basilea,
Nantes e Ingolstadt. Tomó medidas para impedir el comercio de
los esclavos y la persecución de los judios. El 29 de junio de
1461 canonizó a Santa Catalina de Siena, su compatriota.
Contrató a Pinturicchio para que pintara sus frescos en la
Catedral de Siena, obra maestra del gran artista de Perusa. Los frescos
representan escenas de la vida de Pío II y están
perfectamente conservados.