BEATO PEREGRINO
FALERONE
27 de marzo
1240 d.C.
Natural de
Falerone, en Áscoli Piceno, venía de una noble y rica
familia del lugar. En Bolonia había estudiado Filosofía y
Derecho canónico, junto con beato Rizziero. Era ya un hombre
versado en las ciencias, cuando encontró a san Francisco de
Asís, quiso seguirle. Francisco le profetizó: "Tu
servirás a Dios en la humilde condición de hermano lego,
y te aplicarás sobre todo en la práctica de la humildad".
Ingresó en los franciscanos y quiso ser un modesto religioso,
encargado de los oficios más humildes y escondidos del convento.
El beato Bernardo de Quintavalle lo consideró, entre los
primeros discípulos de san Francisco, uno de los religiosos
más ejemplares.
Llevado por el
sagrado fervor, viajó a Tierra Santa entre los musulmanes, para
buscar el martirio de manos de los infieles, en aquel tiempo la devota
aspiración de muchos frailes. En realidad tuvo un gran
éxito entre ellos, ya que encontró respeto y
tolerancia.
De regreso en
Italia, continuó con su vida humilde y escondida, y cuanto
más se escondía su fama de santidad se expandía
por todos los lugares. En los últimos años de su vida
vivió en la humildad y murió en el convento de San
Severino de la Marca. Después de su muerte se sucedieron muchos
milagros. Fue sepultado en
la
iglesia de los Cistercienses, La Madonna de las Luces. Confirmó
su culto Pío VII el 31 de julio de 1821.