Buscando la voluntad de Dios sobre su vida, se sintió llamado a
vivir otra cosa. Su deseo de hacerse misionero entre la gente sencilla
ingresó en la Congregación de los Lazaristas, en Lyon, en
1700. Alli recibió una sólida formación a la
pobreza y a las misiones populares y empezó a recorrer pueblos y
ciudades con sus compañeros para evangelizar al pueblo
cristiano. En 1706 abandonó la Congregación de forma
voluntaria.
Después de un breve período de
búsqueda, su vocación encontró su camino como
misionero itinerante, aplicando su propio método pastoral a la
vez que sometió siempre su ministerio a la autorización
de sus superiores jerárquicos. Incansablemente, y durante
más de 30 años, recorrió los caminos de Vivarais,
del Dauphine y más aún, enseñando el catecismo,
predicando, impartiendo los sacramentos, enseñando siempre la
misericordia de Dios.
En el transcurso de una de sus misiones, en 1712,
llegó a Boucieu le Roi, donde construyó un viacrucis por
todo el pueblo y aquí fundó en 1715 con Margarita de
Noziéres la Congregación de Hermanas del Santísimo
Sacramento dedicadas a la educación y a la promoción y
adoración de la Eucaristía. En Lyon se sintió
atraido por la espiritualidad eucarística de los Sacerdotes del
Santísimo Sacramento y fue admitido como cofrade. La
Eucaristía fue el sentido de su vida. Murió en Rencurel
en el transcurso de una misión a causa del cansancio.
Está enterrado en la iglesia de Bucieu. Fue beatificado el 3 de
octubre de 2004.