BEATO PEDRO MECA MORENO
1936 d.C.
1 de septiembre
Su padre, el farmacéutico
del pueblo, lo llevó a bautizar un día después de su
nacimiento en la Iglesia Parroquial de san Ramón Nonato. Llevado por
su vocación, ingresó en el Seminario de Almería. Recibió
la ordenación presbiteral el nueve de junio de 1906 en Guadix y, cuatro
días después, celebró por primera vez la Misa en su
Parroquia natal.
Coadjutor de Zurgena los dos primeros años de su ministerio,
los tres siguientes ocupó la coadjutoría de Pulpí y
regresó a su pueblo como Ecónomo en 1913. Ese mismo año
fue nombrado Párroco de Derde y, en 1920, de Sierro. Sólo permaneció
allí medio año, pues una grave afección cardíaca
le hizo regresar a su pueblo natal.
Presbítero pacífico y amado por sus paisanos,
en su casa acogió a sus hermanas solteras y a sus sobrinos. Consciente
de los ataques laicistas, tras oficiar el funeral de un niño dijo:
« Consolaros y ved que el Señor se lo lleva para quitarle de
tanta desgracia como se avecina, pues vienen tiempos muy malos. »
Al ver como se quemaban las imágenes religiosas por la
Persecución Religiosa dijo: « Detrás de ellos vamos nosotros.
» Al Siervo de Dios don Andrés Iniesta le comentó: «
Qué dicha más grande ser mártires de Cristo; eso son
cinco minutos, no más, y la Gloria para siempre. » La mañana
del uno de septiembre de 1936, fue detenido salvajemente en su hogar ante
sus horrorizados sobrinos. Alcanzó la palma del martirio con cincuenta
y tres años de edad, durante el trayecto hacia el pozo de la Lagarta
donde arrojaron su cuerpo.
Su sobrina doña Eulalia cuenta que: «Al terminar
la guerra enfermé de tuberculosis y estuve muy mal, en ambos pulmones.
El médico, cuando al poco tiempo vio que mejoraba, asombrado me dijo:
“Tú tienes que tener un Santo en el Cielo que está rogando
por ti”. »