BEATO PEDRO JORGE
FRASSATTI
4 de julio
1925 d.C.
Pier
Giorgio Frassatti nació en Turín, en el seno de una
familia de la alta burguesía. Su padre fue el fundador y
director del diario liberal "La Stampa" y era agnóstico; el
matrimonio de sus padres pasó por momentos de crisis que estuvo
a punto de separarse. Estudió en los jesuitas, no fue un
estudiante brillante, pero a medida que iba creciendo se afianzó
su constancia y responsabilidad. Se inscribió en la
Congregación Mariana, en el Apostolado de la Oración y en
la Asociación del Santísimo Sacramento. Nutrió una
especial devoción por María. En 1918, se inscribió
en la Conferencia de San Vicente de Paúl, ayudando material y
espiritualmente a los más necesitados y enfermos. Comulgaba
todos los días, practicaba el futbol y el ciclismo. Era un chico
normal de su tiempo.
Se matriculó en el Politécnico Real de
Turín en la especialización de Escuela de Minas, pues
quería ser ingeniero para poder servir mejor a Cristo entre los
mineros. En 1919, ingresó la Acción Católica
italiana, y en oposición a las ideas políticas de su
familia, se adhirió al Partido Popular de don Sturzo. Cuando su
padre fue nombrado embajador en Berlín, él visitó
los barrios más pobres y frecuentó los círculos
obreros y estudiantiles. Fascinado por el I Congreso de la Paz Romana
(Rávena 1921), lanzó la idea de unir la Federación
de los universitarios católicos con la de los obreros y fue
arrestado con tantos otros. Su caridad hacia los pobres fue heroica,
siempre repartía todo lo que tenía entre ellos, incluso
el dinero que le dio su padre por haberse licenciado lo repartió
en beneficio de los pobres.
En 1922, formó parte de la Tercera Orden dominicana
seglar y eligió el nombre de Jerónimo, en homenaje a
Savonarola: "cuando se trata de defender la dignidad humana". Se
encontró siempre en primera fila "vuestra violencia no puede
superar la fuerza de nuestra fe, pues Cristo no muere jamás".
Reconoció el verdadero rostro del fascismo y se opuso a
él y dimitió del círculo de la FUCI
(Federación Universitaria Católica Italiana) porque
había enarbolado una bandera el día de la visita de
Mussolini a Milán. Según él, el crucifijo repuesto
por el fascismo en las aulas no era más que una cobertura
política criminal. La fe religiosa era la fuente de la
resistencia moral y civil contra la violencia fascista. Apasionado de
la montaña y el deporte, organizó entre los amigos
marchas que transformaba en ocasiones de apostolado y de oración
en común. Fue un joven abierto a los problemas de su tiempo, de
una caridad ardiente, y de un pensamiento coherente con su fuerte
creencia cristiana. Estuvo enamorado, pero renunció al
matrimonio para quedarse con sus padres que pasaban por momentos
difíciles. Una semana antes de terminar su doctorado el
ingeniería, murió de poliomielitis, enfermedad de la que
se había contagiado mientras visitaba a un enfermo. Fue
beatificado por San Juan Pablo II el 20 de mayo de 1990.