BEATO PEDRO "EL
ÍGNEO"
8 de febrero
1089 d.C.
Parece
que pertenecía a la familia florentina de los Aldobrandini.
Ingresó en el monasterio de Vallombrosa bajo el gobierno de san
Juan Gualberto y se cuenta que poco después, y por orden de su
abad, para demostrar que el obispo de Florencia, Pedro Pavía,
era culpable de simonía, pasó ileso por las llamas, por
esto le llaman "el Ígneo".
Según las
fuentes de la época, cuando Pedro, ofició la misa ante la
hoguera, luego: «intrépido de espíritu y con rostro
alegre, después de hacer la señal de la cruz y llevando
un crucifijo en la mano, el monje, con majestuosa solemnidad,
pasó por entre el fuego, sin recibir ningún daño
ni en su cuerpo, ni en ninguna de las prendas que llevaba». Los
escritores declaran que ante sus ojos las llamas parecían
extender el alba, y que los pies de Pedro se hundían hasta los
tobillos en las cenizas al rojo vivo, pero que ni siquiera el vello de
sus piernas se había quemado.
Pedro de Pavía ante el éxito de esta ordalía, fue
depuesto, y Pedro fue nombrado abad de otro monasterios y
después fue creado cardenal obispo de Albano y enviado al
exterior como legado papal de San Gregorio VII, desempeñó
legaciones en Italia, Francia y Alemania. Trabajó mucho por la
restauración de la disciplina eclesiástica. Tiene culto
local.