BEATO PEDRO DE
LUXEMBURGO
2 de julio
1387 d.C.
Nació en Ligny-en-Barrois en Lorena, pertenecía a la
familia de los condes de Luxemburgo; siendo niño mostró
interés por la religión y así, a los 7 años
hizo voto de castidad. En 1377 estudió en París,
donde conoció, en el Colegio de Navarra, a Pedro de Ailly con
quién intimó. En 1379 marchó a Londres para
quedarse como rehén de su hermano Valeran, prisionero por los
ingleses. En el año que estuvo preso, se ganó a todos, de
manera que le dejaron libre, con la palabra de que pagaría el
rescate, el mismo rey Ricardo II, le invitó a la Corte.
De regreso a París, reanudó sus estudios y
llevó un género de vida de austeridad, piedad y
ejemplaridad que admiró todos, teniendo para ello el apoyo de
Felipe de Maisiers que lo introdujo por los caminos de la vida
interior. Conocedor del antipapa Clemente VII de la virtud del muchacho
y, según la costumbre del tiempo, recibió numerosas
canonjías en París, Chartres y en Cambrai; fue nombrado
archidiácono de Dreux. A los 14 años fue elegido obispo
de Metz, y a los 16 años fue creado cardenal de San Jorge en
Velabro.
Para su diócesis de Metz tomó un obispo
auxiliar, de edad adulta, que supliera su deficiencia de órdenes
sagradas, e hiciera la visita pastoral, corrigiendo abusos y alentando
a los fieles. Pero ni su entrada en Metz ni su estancia allí se
logró sin la intervención armada de su hermano, lo que
desagradó a Pedro, que decidió retirarse del obispado en
1385, marchando a Ligny y luego a París.
De aquí lo llamó Clemente VII para que
estuviera a su lado en Aviñón, donde llevó una
vida tan austera y penitente que al propio Papa le dio miedo, y viendo
que ya empezaba a quebrantarse su salud, le ordenó que la
mitigara. Obedeció Pedro pero lo compensó redoblando sus
limosnas hasta el punto de que la mayor parte de sus rentas iba a parar
a manos de los pobres.
En 1387 para encontrar un clima más favorable se
retiró a Villeneuve, donde vivió con mayor retiro y
dedicación a la oración, teniendo entonces lugar sus
famosos éxtasis. A los 18 años preso de la tuberculosis
se preparó para la muerte, pidiendo perdón a sus criados
por haberles tratado como criados y no como hermanos y logrando de
ellos que lo azotaran en señal de penitencia por esto.
Murió en Villenueuve-les-Avignons, haciéndose enterrar en
el cementerio de los pobres de la iglesia de San Miguel. El Papa
Clemente VII le beatificó en 1527. Patrón de
Aviñón.