BEATO PEDRO CRISCI
19 de julio
1323 d.C.



   Natural de Foligno. Hasta los 30 años había tenido una vida tempestuosa; decidió dejarlo todo: se vendió él mismo como esclavo, prometiendo dedicación absoluta a su patrón. El hombre que lo compró, lo dejó prácticamente libre y solamente le pidió que rezara por él, y lo hizo por toda la vida. Su casa era la catedral de Foligno donde hacía trabajos de limpieza y vivía en el campanario. Su actitud trajo la atención de la Inquisición que le sometió dos veces a proceso y en las dos ocasiones fue declarado ortodoxo. Murió en Foligno con fama de santidad.

   Aunque por la aprobación del culto y por la propia inscripción en el Martirologio le corresponde el título de beato, es común nombrarlo como santo, e incluso en una bula del 1400 emitida por el Papa Bonifacio IX así lo nombra, aunque no ha sido nunca canonizado formalmente.

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(Parroquia San Martín de Porres)