BEATO PEDRO I DE
TARANTASIA
6 de mayo
1140 d.C.
En la
historia de la Iglesia se conocen tre homónimos saboyanos,
conocidos como Pedro de Tarantasia, y los tres han subido a los
altares. El más importante, aunque el último en el
tiempo, fue el papa beato Inocencio V, que su nombre en el siglo era
Pedro de Tarantasia, y que fue Papa durante 4 meses en el año
1276 y su festividad es el 23 de junio. Los otros dos fueron arzobispos
de Tarantasia, en Saboya, con la sede episcopal en el antigua ciudad de
Moutiers.
El primero en orden temporal, es el que celebramos hoy, el
beato Pedro I. Fue uno de los primeros monjes cistercienses y tuvo
amistad con santos Esteban Harding, Roberto de Molesmes y Bernardo de
Claraval. En 1113, fundó la abadía de La Ferté, de
la que fue prior y abad. Luego se trasladó al Piamonte italiano
donde fundó dos monasterios sufragáneos de la
abadía de La Ferté, uno en Tiglieto, en la
diócesis de Acqui, en 1120, y el otro en Lucedio, en la
diócesis de Vercelli, cuatro años después.
Poco tiempo después, marchó al valle del
Isère, donde está Tarantasia, de cuya diócesis fue
nombrado arzobispo. Fue el primer cisterciense en recibir la
consagración episcopal. En su arzobispado tenía las
diócesis de Aosta y Sión. En esta misión, nuestro
beato no dejó su innata sencillez de vida, continuando en su
observancia de la regla cisterciense, caracterizada de ayunos y largas
vigilias de oración.
En 1130 tomó parte en el concilio de Etampes,
firmando su fidelidad al papa Inocencio II, excomulgando así al
antipapa Anacleto. Dos años después fundó la
abadía de Tamié, y nombró abad al que luego
sería su sucesor en el episcopado san Pedro II de Tarantasia.
Nuestro beato introdujo en su diócesis la Congregación de
los Canónigos Regulares, que más tarde serían los
agustinos. Murió en 1140 y recibió digna sepultura en la
catedral de Moutiers. En 1636, se realizó un reconocimiento de
sus reliquias, pero luego, por desgracia, fueron dispersadas durante la
Revolución francesa.