HISTORIA
Hasta que Roma fue capital del Imperio de Occidente, el
Papa, obispo de Roma, fue aceptado sin ninguna discusión por los
católicos del Imperio de Oriente.
Cuando el Imperio de Occidente cayó en manos de los
pueblos bárbaros, el año 476 d.C., los católicos
del Imperio de Oriente empezaron a sentirse molestos, siendo más
importantes políticamente, en prestar obediencia al obispo de
Roma, sin ninguna importancia política. A este hecho de
carácter político, se añadió la diferencia
cultural entre Roma, profundamente latina, y Constantinopla, capital
del Imperio de Oriente, con cultura griega, eslava y árabe.
Poco a poco, las incomprensiones y los malentendidos se fueron ahondando, hasta que el año 1054 el Patriarca de Constantinopla, Miguel Cerulario, rechazó rotundamente la costumbre latina de consagrar panes ázimos, es decir sin levadura, durante la misa. Después de unas pláticas con los representantes del Papa León IX, encabezados por el Cardenal Humberto de Silva Cándido, se llegó a la ruptura completa, mediante mutuas excomuniones.
DOCTRINA
Igual a la Iglesia Católica. He aquí algunas diferencias:
• El Obispo de Roma, sucesor de Pedro, es el primero
entre todos los obispos del mundo.
• Él es representante y el vocero de todos
los obispos y de toda la Iglesia. Sin embargo, no tiene ninguna
autoridad sobre los demás obispos. Es el primero entre iguales
(primus
inter pares).
• Para celebrar la Eucaristía, hay que
usar panes
con levadura.
• El Espíritu Santo procede solamente del Padre, mientras la Iglesia Católica enseña que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.
ORGANIZACIÓN
Es parecida a la de la Iglesia Católica. Cada obispo es jefe de su diócesis.