BEATO ODORICO
MATTIUZZI DE PORDENONE
14 de enero
1331 d.C.
Odorico Mattiuzzi nació en Vilanova de Pordenone en el Friuli.
Otros relatos dicen que Odorico fue un soldado bohemio de las tropas de
Premysl Otakar II, rey de Bohemia, destacadas en defensa del ducado de
Carintia de Carniola, al cual estaba unido el señorío de
Pordenone.
Ingresó en los
franciscanos a la edad de 15 años, llevando una vida muy
humilde, entre penurias y privaciones, con un “cilicio en la carne”.
Durante algún tiempo obtuvo del provincial vivir como eremita en
un bosquecillo próximo al convento. Fue ordenado sacerdote hacia
el 1290, y nunca quiso aceptar en la Orden el cargo de superior. Sus
primeras misiones fue la evangelización del Friuli en el
norte de Italia. Fue famoso por sus dones taumatúrgicos y sus
luchas contra el diablo, pero todo esto pertenece a la leyenda.
A
los 33 años (1296) pidió ir a la misión de China,
no se sabe cuando volvió a Italia. En 1318 volvió a
partir en compañía de Giacomo de Irlanda. Odorico
pasó por Constantinopla, Trebisonda, Armenia y Persia, y luego
marchó a la India, donde llegó hacia 1321. Después
de haber recogido en Tana, cerca de Bombay, las reliquias de cuatro
franciscanos masacrados por los musulmanes en 1321, prosiguió su
viaje. Fue el primer europeo en llegar a Indonesia, después
marchó a Indochina, desembarcando en Cantón y
quizás llegó al Japón. Después de un
intenso apostolado llegó a Zaitón, Kambalik y
Pekín en 1325 donde estuvo tres años. Allí
conoció a Juan de Montecorvino, arzobispo y Patriarca del
Extremo Oriente, quién le pidió que regresase y le dijera
al Papa que enviase más misioneros. Regresó, pero se
enfermó y murió en su convento de Údine, sin poder
hablar con el Pontífice. Su culto fue aprobado por
Pío VI el 2 de julio de 1775.