BEATO ODINO BAROTTI
7 de julio
1400 d.C.
"De
ejemplar vida y delicadísima caridad, activo en el bien con toda
constancia, la firmeza, la modestia y la dulzura". Hijo de una noble
familia, nació en Fossano. Renunció a todos los honores
y fue ordenado presbítero y luego, Terciario franciscano.
El obispo de Turín lo destinó como párroco de la
iglesia de San Juan Bautista de su pueblo natal, fue un párroco
humilde, vestido con el sayal franciscano, frugal en la comida. Era tan
abnegado, que el obispo de Turín tuvo pronto que darle la orden
de comer un poco de carne, a pesar de todos los votos que pudiese haber
hecho en sentido contrario, y de guardar lo necesario para su
mantenimiento, pues el buen párroco gastaba todas las rentas de
la parroquia en socorrer a los pobres y se estaba arruinando la salud.
El papa Urbano VI lo nombró penitenciario apostólico y,
su obispo en 1374 le confió la absolución de los pecados
reservados.
En 1376, acompañado de su amigo Marineo,
hizo una peregrinación a Jerusalén, pero fue apresado por
los turcos que le dejaron libre. Posteriormente fomentó y
guió numerosas peregrinaciones a Loreto y Roma.
Fundó en Fossano una hermandad dedicada a la
asistencia de los viajeros y enfermos. Promovió la
construcción de un hospital y de una iglesia, contando con
numerosas ayudas, como la de su obispo y la del duque Amadeo VII de
Saboya. El beato construyó un hospital gratuito y, junto a
él, una hospedería en la que los pobres y los peregrinos
podían permanecer todo el tiempo que quisiesen. La
hospedería siguió funcionando hasta el siglo XIX. Llevaba
32 años como párroco cuando fue nombrado preboste de la
local colegiata de Santa María y San Juvenal. Se dedicó
al aumento del esplendor del culto divino, y reformando la arquitectura
de la colegiata. Tuvo dones taumatúrgicos.
Cuatro años
más tarde, la peste hizo enormes estragos en la región.
El beato Oddino se dedicó a atender día y noche a los
enfermos y moribundos, hasta que él contrajo también la
enfermedad, y murió agotado y enfermo de peste, rodeado del
afecto de su obispo, de sus compañeros canónigos y de los
fieles. Está enterrado en el muro del coro de la colegiata de
Fossano. El culto del beato fue confirmado en 1808.